Τema de la película “Nunca en Domingo” (Ποτἐ την Κυριακή)
La conocida canción de Mános
Jatsidákis que cantaba Melina Mercouri en la mítica “Nunca en Domingo”
(Poté tin kiriakí, 1960) es casi tan popular y emblemática de Grecia como la
música de “Zorba”. Su simpático texto, otro “Himno a la Libertad”, se
ofrece en griego, versión fonética y su correspondiente traducción.
Απ’το
παράθυρο μου
στέλνω
ένα,
δυο και τρία
και τέσσερα
φιλιά
και
φτάνουν στο
λιμάνι
ένα
και δυο και
τρία και
τέσσερα πουλιά.
Πως
ήθελα να είχα
ένα
και δυο και
τρία και
τέσσερα παιδιά
που
σαν θα
μεγαλόσουν όλα
να
γίνουν
λεβέντες για
χάρι του
Πειραιά.
Όσο
κι αν ψάξω δε
βρίσκω άλλο
λιμάνι
τρέλη
να μ’έχει κάνει
όσο τον Πειραιά,
που
όταν βραδιάζει
τραγούδια μ’αραδιάζει
και
τις πενιές του
αλλάζει,
γεμίζει από
παιδιά.
Από
την πόρτα μου
σαν βγω
δεν
υπάρχει κανείς
που να μην τον
αγαπώ
και
σαν το βράδι
κοιμηθώ
ξέρω
πως, ξέρω πως,
πως θα τον
ονειρευτώ.
Πετράδια
βάζω στο λαιμό
και
μια χα ... και μια
χα ... και μια
χάντρα φυλαχτό
γιατί
το βράδι
καρτερώ στο
λιμάνι
σαν
βγω κάπιον
άγνωστο να βρω.
Όσο
κι αν ψάξω...
(κλπ)
VERSION FONETICA
(la “$” es la “z”
inglesa de “zoo”, o la “s” intervocálica italiana de “cosí”)
Aptoparázirómu
stélno
éna,
dío ketría ketésera filiá,
keftánun
stolimáni
éna
kedío ketría ketésera puliá.
Pós
ízela naíja
éna
kedío ketría ketésera pediá
pu
sanzamegalósun óla
naguínun
lebéndes guiajári tupireá.
Óso
kianpsáxo debrísko álo limáni
trelí
naméji káni óso tonbireá,
puótan
bradiá$i tragúdia maradiá$i
ketispeniéstu
alá$i, guemí$i apópediá.
Apótinbórtamu
sanbgó
denipárji
kanís punamín tonagapó,
kesandobrádi
kimizó
xéro
pós, xéro pós, pós zatononireftó.
Petrádia
bá$o stolemó
kemiajá
kemiajá kemiajándra filajtó,
guiatí
tobrádi karteró stolimáni
sanbgó
kápion ágnosto nabró.
Óso
kian psáxo...
VERSION ESPAÑOLA
Desde
mi ventana mando
uno,
dos, tres y cuatro besos
y
llegan al puerto
uno,
dos, tres y cuatro pájaros.
Cómo
quisiera tener
uno,
dos, tres y cuatro chicos
para
que cuando crezcan todos
se
conviertan en buenos mozos
para
darle el gusto al Pireo.
Por
más que busque no encuentro otro puerto
que
me haya enloquecido tanto como el Pireo,
que
cuando atardece me arrulla canciones
y
cambia sus miserias y se llena de chicos.
Por
mi puerta, cuando salgo,
no
hay nadie a quien no ame,
y
cuando duermo a la noche,
sé
cómo lo voy a soñar.
Me
pongo joyas en el cuello
y
un grueso talismán,
porque
esta noche espero encontrar en el puerto,
cuando
salgo, a algún desconocido.
Por
más que busque...
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